Apagones sin fin
Por Gabriela Mesa
¡Llegó la luz! es una de las expresiones más emocionantes en la vida del dominicano, hasta "laticas" suelen tocar en los barrios cuando la tan esperada regresa de su viaje.
Altos costos en las facturas y poca calidad en el servicio energético es lo que provoca indignación y trastorno en los sectores más pobres que apenas si pueden cubrir los artículos de la canasta familiar.
Durante años, el pueblo ha sido
testigo de las promesas incumplidas hechas por las diferentes autoridades que
han pasado por el Estado, y a pesar de la llamada “República Digital” todavía el
servicio eléctrico no ha experimentado una mínima mejoría.
Los prolongados apagones se han
convertido en parte de la cultura dominicana, tal vez esa costumbre es la
causante de que las promesas de solución sean quimeras lejanas a la realidad.
El deterioro del suministro eléctrico siempre será
una traba para que el país tenga un mejor camino hacia el desarrollo, pero como
la esperanza es lo último que se pierde, el gobierno garantiza que el problema será
resuelto cuando entren en
operación las dos plantas a carbón en Punta Catalina.
El problema de los apagones en el país es un cuento de nunca acabar, ojalá algún día no muy lejano, esta nación pueda disfrutar de largos días sin interrupciones eléctricas.

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